Un por qué

De vez en cuando me permito vivir, casi una casualidad que esas veces siempre estes ahi y te pongas triste cuando me muero; y si me pongo helado me miras de lejos, porque yo no quiero que me veas azul, porque mi azul tambien es miedo y mi miedo tambien sos vos.

Noche

Noche gris, me envuelves, proyectas como en un cine los recuerdos de tantas noches, de tantas vidas como la de hoy.

Noche fria, me abrazas y yo te abrazo, no veo tu maldad, tu odio hacia mi, ni tu impaciencia de
devorar mis veinte abriles.

Noche turbia, razguñas mis timpanos con las voces del ayer, como alaridos, como llantos, como gritos de loco, gritos de sordo.
¡Noche estupida! ¡estupido cochero de plaza yo! que te oigo, que te miro, que espero, como cada noche espero, eternamente... espero.
Noche muerta, que me sepultas con los cadaveres de todas mis vidas, para volver a nacer y otra vez entre mis manos yertas, la ilusion, la vida, el verso y la necesidad imperiosa de esperar tu regreso, cuando caiga el sol, cuando la tierra caiga sobre mi gelido rostro y todo comience nuevamente.