martes, 24 de mayo de 2011

Allá, lejos

No hay lugar donde esconderse, no hay paredes que mirar, no hay nada, solo el vacio, el silencio y los pensamientos, no hay donde jugar ni donde aburrirse, solo la ausencia, siquiera el viento se asoma y la luna teme y solo el recuerdo de un violín y un bandoneón que lloran en el cordón de una vereda y la imagen escondida de el vaso de vino que me venció y la risa de los gélidos cuerpos que cantaban y gritaban junto al encogido sol.